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    MONTAÑA DE VERDURAS ASADAS

    1024 1024 Laura Isabel Arranz

    Estas verduras asadas son una delicia llena de vitaminas y antioxidantes 🙂

    Este plato es un cuadro de color y texturas que podéis preparar con las verduras que tengáis disponibles en la nevera sin más complicación que lavarlas, cortarlas en rodajas y trozos, pasarlas por la sartén, plancha, horno o wok y después colocarlas en forma de montaña como la de la foto. Esta receta es ligera y está llena de vitaminas, minerales y antioxidantes, además de fibra y algo de hidratos de carbono y proteínas vegetales.

    Es ideal como primer plato o como plato principal para una cena ligera si lo combinamos con un huevo escalfado por ejemplo.

    Ingredientes:

    Las verduras que tengas en la nevera!

    • Calabacín
    • Cebolla
    • Kale
    • Puerro
    • Pimiento
    • Judías o vainas
    • zanahoria
    • Sal gruesa
    • Aceite de oliva virgen extra

    Preparación:

    Lavar, trocear y hacer rodajas y pasar por la plancha, wok o sartén (también se pueden hacer al horno).

    Colocar en el plato en forma de montañita.

    Consejos:

    Lo podéis servir en una base de humus y así el plato será más rico en proteínas vegetales o añadir un huevo escalfado que podéis colocar entre medio para añadir proteínas de origen animal.

     

    Buen provecho! 🙂

     

    #cocinadaprovechamiento

    Foto: Restaurante Ca l’Ona de Torelló

    Instagram: @lauragananutricion

     

    AHORA QUE ESTAMOS EN CASA, ALIMENTACIÓN Y CONFINAMIENTO POR CORONAVIRUS

    150 150 Laura Isabel Arranz

    Estos días en los que estamos y estaremos en casa debido al confinamiento necesario para parar la pandemia del coronavirus hay una serie de recomendaciones en cuanto a la alimentación que adquieren especial importancia. No tomar más calorías de las necesarias, tomar todos los nutrientes que necesitamos (vitaminas, minerales, antioxidantes, hidratos de carbono, proteínas, grasas saludables, etc), tener una buena ingesta de fibra, etc, son aspectos básicos que debemos asegurar. Así, ¿qué debo procurar estos días para mantener un buen estado de salud? Aquí os comparto recomendaciones y también ideas para seguir disfrutando de nuestras comidas.

    Este es mi decálogo de recomendaciones para esta situación:

    1. Mantengamos unos horarios constantes de comidas: es sumamente importante para el buen funcionamiento de toda nuestra maquinaria seguir con unas rutinas más o menos iguales durante estos días. Esta recomendación es aplicable a las comidas, pero también a la actividad física, la exposición a la luz solar y al sueño. ¿Por qué todo esto importa?
      1. Horarios de las comidas: si cada día desayunamos, comemos y cenamos a las mismas horas aproximadamente nuestras funciones internas como el metabolismo, el tránsito intestinal, la regulación del apetito y del peso corporal, etc, funcionarán mucho mejor. Así, tendremos menos hambre entre horas, iremos al baño de manera más regular y sin problemas, mantendremos mejor nuestros niveles de glucosa y otros parámetros y también nuestro peso.
      2. Actividad física: cada día deberíamos seguir alguna rutina de ejercicio físico, en redes sociales hay muchos buenos profesionales que nos comparten ideas sobre cómo entrenar en casa de forma sencilla, por ejemplo, en la cuenta de twitter e Instagram de Onelife (onelife.es), aunque hay muchas otras. La actividad es mejor por la mañana así activamos nuestro organismo en el inicio del día y si es posible mejor después de que haya pasado un buen rato del desayuno o un ratito antes de comer.
      3. Exposición a la luz solar: ¡es muy importante sacar la cabeza por la ventana! Quien tenga terraza o incluso jardín lo tiene más fácil, pero si no, una ventana es suficiente. Lo ideal es que nos de la luz del sol durante un rato cada día por dos motivos, el primero porque esto ayuda a que nuestro cuerpo fabrique serotonina que es la hormona de la vitalidad y el buen humor entre otras cosas y nos ayudará a sentirnos mejor y a dormir mejor por la noche. Y segundo porque esa luz solar en nuestra piel ayudará a fabricar vitamina D que, además de ser importante para nuestros huesos, también lo es para nuestro sistema inmunitario y nuestro estado de ánimo. El sol es energía vital.
      4. Sueño: como muy bien nos dicen los expertos como el Dr. Albares (https://www.doctoralbares.es/) si mantenemos buenos hábitos de sueño y eso supone mantener ciertos horarios a la hora de ir a dormir y despertarnos, nuestra salud mejora y nuestro sistema inmunitario también se refuerza. Recordad que también es importante la exposición a la luz solar durante las primeras horas del día  y hacer actividades más relajadas por la tarde-noche evitando en lo posible el uso de pantallas. Y si dormimos bien además de fortalecer nuestro sistema inmunitario, también funcionará mejor nuestro metabolismo, las señales de saciedad y regulación del peso corporal, entre otras muchas cosas. ¡El sueño es salud y una necesidad básica!

    Está claro que, si las comidas son a cualquier hora, no hago nada de actividad física, no salgo a que me de la luz del día, duermo de cualquier manera y sin horarios… la maquinaria se va a descompensar y a debilitar, eso no es lo que queremos ahora (ni nunca, por supuesto, pero ahora menos).

    1. Ajustemos el número de comidas al día: ¿cuántas veces comer al día? 3, 4, 5… Depende de las rutinas que hayamos adquirido estos días. Por ejemplo, si nos levantamos algo más tarde y desayunamos a las 10h en lugar de a las 7 o las 8h, seguramente no nos haga falta la media mañana y podamos llegar directamente a la comida que idealmente debería ser entre las 13 y las 14h como tarde. Después sí conviene tomar una merienda sobre las 17-18h para llegar más saciados a la cena que debería ser hacia las 20-21h. El hecho de hacer varias comidas al día nos ayuda a dos cosas principalmente, la primera a no acumular tanto apetito y la segunda a conseguir tomar todos los nutrientes que necesitamos.
    1. Evitemos picar entre horas de forma descontrolada: esto es lo que está claro que debemos evitar, ¿por qué? Lo primero porque lo que solemos picar entre horas de forma descontrolada no suelen ser alimentos de perfil muy saludable de manera que estamos aumentando la ingesta de calorías que tomamos y disminuyendo la de nutrientes buenos que no nos deberían faltar. Aunque la situación pueda invitar a ello pues nos aburrimos, hacemos sesiones de “cine” en casa viendo la tele, etc, debemos evitar picar chucherías, dulces o snacks. En su lugar debemos pautar las comidas entre horas como la media mañana y la merienda e incorporar, si no lo hacemos ya, los frutos secos (crudos o tostados, pero sin sal), la fruta o los yogures. Y podemos hacerlo de forma atractiva pues, para algunos, puede resultar difícil cambiar una bolsa de patatas por una manzana, pero, por ejemplo, nos podemos preparar un bol con trocitos de fruta, añadiendo una cucharada de semillas de sésamo y una de miel para darle un toque dulce. ¡Eso puede ser una merienda estupenda!

    El libre albedrío nos puede perjudicar mucho ☹ y lo que queremos es ¡sentirnos más que bien!

    1. Disminuyamos un poco las cantidades de lo que comemos: ahora inevitablemente todos hemos bajado nuestro nivel de actividad física sea cual fuera, así que nos vendrá muy bien reducir un poco nuestras raciones, ponernos ni que sea un 10-20% menos de la ración que habitualmente tomamos nos ayudará a no tomar más calorías de las necesarias. Quizás no hace falta disminuir en todo, pero sí por ejemplo en esos extras que a veces tenemos costumbre de tomar (un café y un dulce después de comer, algo de chocolate, etc). ¿Qué estoy haciendo yo? He disminuido un 20% la ración de mi tostada en el desayuno, del pan que tomo al mediodía y también del chocolate negro de tomo a veces (ahora no lo tomo a diario y cuando lo tomo cojo un trozo más pequeño). Este consejo no aplica, lógicamente, a las personas que necesitan aumentar de peso o que tienen patologías que generan un elevado desgaste muscular y corporal. En los niños tampoco mientras les procuremos una alimentación saludable, pero en ellos sí debemos reducir el consumo de dulces, golosinas, snacks, bebidas azucaradas, etc.

     

    1. Procuremos hidratos de carbono al mediodía y más proteínas por la noche: aunque en todas las comidas principales (desayuno, comida y cena) es bueno que haya un poco de todo, lo ideal es que los hidratos de carbono (cereales, pan, pasta, patatas…) se concentren en la mañana y el mediodía y las proteínas sean las protagonistas de nuestras cenas. De manera que si queremos tomar un plato de pasta, arroz, legumbre, empanada, pizza, quiche, etc, es mejor que lo dejemos para la comida del mediodía. Por la noche, verduras y ensaladas con tortillas, pescado o carne blanca es lo ideal. Y si tomas una pizza una noche que sea una ración moderada y acompañada con una ensalada 😉

    1. ¡A cocinar! Ahora tenemos más tiempo para que grandes y pequeños estemos más implicados en la preparación de nuestras comidas. Esto tiene varios beneficios, lo primero es que nos mantendrá distraídos durante más ratos del día, pero también hará que nuestras comidas sean más apetecibles y nos produzcan más placer. No olvidéis que el placer de comer es un instinto básico y por eso conservarlo, pero con buenos hábitos y buenas comidas es muy necesario para nuestro nivel de satisfacción. Si hemos disfrutado con la comida que nos hemos preparado no estaremos ansiosos después de comer buscando dulces o alimentos nada sanos, cosa que nos pasa a todos (o a casi todos) si hemos comido sin sentir placer. Las redes sociales están repletas de ideas, así que ¡a por ello! Y no os olvidéis de incluir a los niños en estos procesos de elaboración de las comidas, si ellos participan también les ayudamos a distraerse y a comer con más ganas. Para ellos podemos preparar desayunos y meriendas apetecibles y saludables como crepes, pancakes, bizcochos caseros con poco azúcar (os recomiendo añadir una parte de harina de algarroba), brochetas de frutas bañadas en miel o crema de almendras, yogur con fresas y semillas de chía…

     

    1. Evitemos un exceso de alimentos procesados: Siempre es importante pero ahora más que nunca es vital procurar basar la alimentación en productos frescos y de temporada, de manera que no nos pueden faltar las verduras y las frutas, además de otros alimentos. Verdura y fruta hay que tomar cada día, idealmente 5 raciones (verdura al mediodía y en la cena y 3 frutas durante el día). Así que la provisión semanal para una familia de 4 personas tiene que estar en alrededor de ¡30kg! Esto no puede faltar para mantener un buen nivel de ingesta de nutrientes que nos van a mantener sanos y fuertes, las vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes están en gran parte ahí.

    1. Lista de la compra: Además de los 30kg de fruta y verdura (¡yo lo pido online!), nos va a venir muy bien que no nos falten alimentos como:
    • Legumbres, arroz (largo, bomba e integral), pasta (normal, fresca e integral), cereales (copos de avena y otros cereales para desayunos sin azúcares añadidos), crackers integrales
    • Frutos secos como almendras, nueces, pistachos, avellanas, anacardos, siempre sin sal añadida
    • Lácteos: principalmente el yogur, pero también alguna cuajada por ejemplo como postre lácteo ligero y saludable, y leche semidesnatada si la tomáis.
    • Bebidas vegetales: avellanas, coco, avena, almendras… sin azúcares añadidos. Son ideales para el desayuno, pero también para beber algo saludable en la merienda.
    • Huevos, pescado (si estos días os va mejor puede ser congelado), carne blanca (pollo, pavo, cerdo magro, conejo). La carne y el pescado se puede comprar fresco y después congelar raciones. Evitad carne roja y derivados como las hamburguesas o las salchichas o tomadlas muy ocasionalmente. ¿Os explico un truco? En casa hacemos muy muy de vez en cuando hamburguesas caseras con carne mixta, copos de avena finos en lugar de pan rallado y un picadito de ajo y perejil. Los copos de avena aportan fibra a la hamburguesa y hace que se absorba menos la grasa y el colesterol.
    • Conservas: de verduras como alcachofas, judías, borraja, tomate triturado, etc, de legumbres y de pescado, especialmente bonito, caballa y sardinillas que pueden ser de gran ayuda para ayudarnos a tomar pescado azul estos días.

     

    1. Hidratación con agua principalmente: agua, agua y más agua… hay que beber, estar bien hidratados nos permite una mejor funcionalidad de nuestra maquinaria y a mantenerla “limpia” por dentro. Evitemos un exceso de refrescos, cerveza y otras bebidas que ahora no harán más que incorporar calorías innecesarias o sustituir al algo tan valioso para nuestro cuerpo como el agua. ¿Ideas? Agua, agua con gas, agua aromatizada con lima o limón, con jengibre, anís estrellado, etc.

     

    1. Comamos de manera consciente: Cuando vayamos a comer, preparemos nuestra mesa, bebamos agua antes de empezar, sirvámonos nuestra ración, oler, observar y disfrutar la comida sin prisas y sin demasiadas distracciones, pero sí en compañía si podemos. Las comidas principales deben durar por lo menos 30 minutos de lo contrario al cuerpo ni le da tiempo de “darse cuenta” de que hemos comido con lo que no generará señales de saciedad y al poco rato tendremos hambre. Además, si comemos rápido no masticaremos bien y eso es una sobrecarga para nuestro sistema digestivo. ¡Mindfulness o atención plena en el comer!

    Sin duda esta situación difícil que nos ha tocado vivir nos enseñará muchas cosas buenas y quizás esto es también una oportunidad para adquirir buenos hábitos de alimentación y de salud.

    Cuidaos mucho y aquí me tenéis para lo que necesitéis y os pueda ayudar 😊

    Laura

    Instagram: @lauragananutricion

    Twitter: @LauraIArranz

    Facebook: Laura Isabel Arranzi

    Videoconsultas: https://arranziglesias.opensalud.es/es

    TRASTORNOS GASTROINTESTINALES, ¿CÓMO SABER LO QUE ESTÁ PASANDO Y CÓMO RESOLVERLOS?

    150 150 Laura Isabel Arranz

    Este último año en la consulta ha sido muy intenso y revelador pues han sido muchos los casos de personas con diferentes patologías como fibromialgia, endometriosis, dolor pélvico crónico, neuralgias, etc, que han referido trastornos gastrointestinales como uno de sus síntomas principales. Incluso en una buena parte de los casos, ese ha sido su motivo de consulta. Esto me sugiere dos cosas, una que estos problemas están aumentando, y otra que los pacientes son más proactivos en buscar soluciones. De hecho, estamos ante algo que merece toda nuestra atención pues ya hace un tiempo que los estudios y la evidencia científica nos aporta datos sobre la alta prevalencia de estos trastornos gastrointestinales y su tendencia al alza, y también sobre su relación, no casual, con patologías reumáticas y otras que cursan con dolor crónico. ¿Qué es lo que está pasando en la base del dolor crónico, la obesidad, el exceso de grasa visceral y los trastornos gastrointestinales? Hay un factor clave que es la inflamación sistémica crónica (aumento leve-moderado y sostenido de citoquinas inflamatorias y de estrés oxidativo). De esto ya os he hablado en alguna ocasión y hoy quiero ir a cuestiones más prácticas.

    Situación de muchas personas con trastornos gastrointestinales

    Además de tener datos y entender por qué pasan las cosas, necesitamos ayudar a las personas que están sufriendo esos problemas gastrointestinales sin saber bien cómo manejarlos e, incluso en muchos casos, sin tener un diagnóstico claro. Los profesionales de la salud implicados debemos ir de la mano del paciente, escuchar mucho y muy atentamente lo que le está pasando, desde cuándo, cómo empeora y cómo mejora e ir trazando el camino para un buen diagnóstico y un correcto tratamiento dietético. Y llegados a este punto me gustaría destacar una primera idea básica de la que siempre se debería partir:

    • Cuando un paciente llega a la consulta con trastornos gastrointestinales, NO se debe pautar ninguna DIETA DE ELIMINACIÓN (de gluten, lactosa, fructosa, sorbitol, etc) sin tener un buen diagnóstico o una sospecha muy muy clara de que uno de esos elementos puede ser el problema. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que podemos estar implementando un tratamiento dietético equivocado, complejo, pues eliminar estos elementos de la dieta no es fácil, sin necesidad y atribuyendo el beneficio a esa eliminación cuando el beneficio puede venir también por la mejora global de la dieta.

    Así, en el inicio de un abordaje nutricional de una persona con trastornos gastrointestinales sin un diagnóstico claro, es necesario pautar una dieta en la que se garantice todo su potencial en contenido de nutrientes, capacidad antioxidante y antiinflamatoria, eliminando además los alimentos proinflamatorios (exceso de calorías, azúcares, grasas saturadas y trans de productos procesados, carnes rojas, derivados cárnicos, algunos lácteos, etc). Con una primera fase mejorando la dieta del paciente normalmente hay una mejoría considerable, con lo que es más fácil “leer” adecuadamente los síntomas que sí permanecen y seguir con un protocolo coherente con las pruebas diagnósticas que se consideren oportunas. Son muchos los problemas diferentes que pueden estar presentes en una persona con trastornos gastrointestinales y, además, para complicar más el asunto, muchos de ellos pueden ser secundarios, es decir, son un problema que se deriva de otra situación anómala de base, con lo que solucionando la raíz del problema, el trastorno desaparecerá. Esto pasa con muchos casos de intolerancias a lactosa, sorbitol, fructosa, etc, incluso en algunos con sensibilidad al gluten no celíaca, que en un porcentaje importante son consecuencia de todo el estado inflamatorio, de la alteración de la funcionalidad gastrointestinal y/o de la microbiota (alteración en la composición y/o cantidad de las bacterias intestinales). Por eso, es necesaria una valoración nutricional durante un tiempo para poder planificar después una pauta dietética de eliminación, si hace falta, y posteriormente valorar la reintroducción de los alimentos eliminados para ver si se vuelven a tolerar y en qué cantidad se podrían volver a tomar.

    Las alteraciones gastrointestinales pueden ser debidas a causas diversas

    Posibles causas de trastornos gastrointestinales

    Y antes de seguir me gustaría destacar una segunda idea importante en todo este asunto:

    • En prácticamente todos los casos en los que se prescriben dietas de eliminación, por ejemplo, dieta sin gluten, dieta baja en azúcares y polioles fermentables o dieta FODMAPs (de las siglas en inglés de fermentable oligo-, di-, monosacharides and polyols), etc, es necesario hacer una REINTRODUCCIÓN de alimentos una vez han mejorado los síntomas para valorar en qué cantidad se pueden llegar a tolerar. ¿Por qué? Simplemente para no eliminar definitivamente algún alimento que en realidad sí podría tomarse. En nutrición, cuanto más variada sea nuestra alimentación mejor vamos a garantizar una correcta ingesta de todos los nutrientes que necesitamos. Y también, por qué no, por una cuestión de facilitar al paciente su planificación de menús ampliando las opciones de alimentos y recetas.

    El proceso de diagnóstico y el tratamiento dietético

    Normalmente los médicos digestivos hacen unas primeras pruebas para descartar problemas como infección por Helicobacter pylori o enfermedades inflamatorias como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn e incluso se suele hacer el screening de enfermedad celíaca. Si todo esto está descartado, es importante que la persona haga una dieta adecuada, potenciando antiinflamatorios y antioxidantes y evitando proinflamatorios, y empezar a descartar intolerancias a la lactosa, fructosa y sorbitol. Estas pruebas son sencillas y no invasivas, se realizan midiendo el hidrógeno espirado después de tomar estos elementos de la dieta, y son baratas, por tanto, merece mucho la pena realizarlas. Si salen positivas, hay que eliminar el elemento en cuestión que está causando el problema, sin perder de vista que en unos 3 meses o poco más, después de una buena pauta dietética, convendría repetir la prueba para ver si se ha resuelto el problema (por ser secundario) o si persiste. Si las pruebas a estas intolerancias salen negativas, podemos sospechar de otros problemas como disbiosis intestinal, sobrecrecimiento bacteriano (SIBO), candidiasis intestinal o incluso intolerancia a la histamina. Su diagnóstico no es tan fácil y no existen protocolos tan definidos, pero lógicamente con el “trabajo” conjunto del propio paciente, su médico digestivo y el dietista-nutricionista, podemos llegar a buen puerto. Si todo lo anterior se descarta, entonces el diagnóstico más probable es un síndrome de colon irritable ya que estaríamos ante una alteración funcional que no responde a daño físico en el intestino ni tampoco a intolerancias o alteraciones de la microbiota.

    En consulta de nutrición podemos ir observando las pistas que nos indicarían la posibilidad de un problema u otro, podemos hacer pequeñas modificaciones en la dieta para observar pequeños cambios en la sintomatología, en la vitalidad de la persona, en su peso y composición corporal, para así orientar al paciente y al médico especialista que le esté tratando.

    Y aquí lanzo mi tercera idea importante, básica, imprescindible:

    • La DIETA IMPORTA MUCHO, es compleja y es una herramienta muy potente y un buen asesoramiento nutricional o un buen abordaje nutricional va mucho más allá de eliminar el gluten. ¿Por qué digo esto? El gluten es el eterno sospechoso de casi todo y en realidad no es el culpable de casi nada. El problema es que, en general, no comemos bien, tomamos demasiados productos procesados, demasiados hidratos de carbono de “mala calidad nutricional” (galletas, cereales, palitos, picos, barritas, snacks, bollería, etc), demasiadas grasas saturadas y azúcares y, por contra, tomamos pocos vegetales. Si comiéramos bien, con una dieta a base de productos frescos y de temporada, con predominio de verduras, frutas, legumbres, frutos secos, semillas y algo de cereales integrales, carne blanca, pescado, yogures y huevos, nos daríamos cuenta de que en realidad tomar gluten no es un problema (solo lo es obviamente para las personas que sí tienen celiaquía o intolerancia al gluten no celíaca).

    ¿Qué es lo que quiero transmitir? Sobre todo que los trastornos gastrointestinales no son algo trivial, son muy importantes, afectan a la calidad de vida del paciente, pero también a su manera de comer, a su capacidad de absorber nutrientes, a su estado de ánimo (las bacterias intestinales fabrican el 95% de la serotonina que necesitamos para sentirnos vitales y emocionalmente bien!), a su peso corporal y a su salud en general. Por eso, no es algo secundario que se solucione solo con fármacos para mejorar el tránsito intestinal o para controlar los espasmos abdominales, sino que es necesario ir a la raíz del problema y trabajar muy bien el abordaje nutricional y el tratamiento dietético adecuado para cada caso y para cada momento. Muchos pacientes llegan en una situación desesperada y totalmente confusos con respecto a lo que les está pasando y a lo que deben, o no deben, comer, etc. Es normal, nuestro sistema gastrointestinal y nuestro cuerpo es complejo y la dieta también lo es, por eso una ayuda externa nos permitirá seguir un plan para ver más claro qué nos está pasando.

    Mejorando la dieta, mejoran, e incluso se solucionan, los trastornos gastrointestinales y, además, mejora la sintomatología y evolución de otras patologías (endometriosis, fibromialgia, SFC, osteoartritis, etc) y, además, mejora la salud general de la persona y la calidad de vida, actual y futura. No es poco, ¿verdad?

    El abordaje nutricional es necesario para mejorar todos los aspectos de salud de la persona

    Para acabar, permitidme dos últimos consejos, en caso de trastornos gastrointestinales que perduran y no se resuelven:

    • Siempre buscar asesoramiento con un dietista-nutricionista y con un médico digestivo: los primeros podemos ayudar a valorar el caso y mejorar la dieta para partir de una base más real y fiable para que los segundos (médicos digestivos) puedan hacer un mejor diagnóstico. Y después entre ambos profesionales el proceso de tratamiento será mucho mejor y efectivo.
    • Nunca iniciar dietas de eliminación para ir probando a ver si mejoran los síntomas, esto solo causa confusión, ansiedad, estrés y frustración que, a su vez, suelen empeorar la situación. Solo conviene eliminar o disminuir la ingesta de aquellos alimentos para los que ya se haya observado claramente que empeoran la sintomatología y a partir de ahí, consultar.

    Y como ya sabéis, por aquí estoy para ayudaros en lo que esté en mi mano 😊

    Instagram: @lauragananutricion

     

    COLIFLOR CON CRUJIENTE DE FRUTOS SECOS

    1024 683 Laura Isabel Arranz

    ¿Os apetece comer coliflor de una forma diferente? Aquí os traigo una receta que os encantará, diferente de la típica coliflor gratinada, mucho más ligera, más rica en nutrientes y más saludable. Sin gluten, sin lactosa, ideal para todos los públicos (omnívoros, flexitarianos, vegetarianos, veganos) 😉

    Ingredientes para 4 personas:

    1 coliflor grande o dos pequeñas
    1 cebolla mediana
    1 patata mediana
    100 gramos de mezcla de nueces crudas, almendras y avellanas tostadas sin sal
    Cúrcuma y nuez moscada
    Aceite de oliva virgen extra
    Sal

    Preparación

    Lava la coliflor y trocea de manera que queden pequeñas florecillas (aproximadamente del tamaño de una moneda de 2 euros) y los troncos por separado. Pela la patata y trocéala.

    Pon la coliflor (florecillas y troncos) y la patata a hervir con agua y un poco de cúrcuma (dará color y algo de sabor). Mientras tanto sofríe la cebolla con un poco de aceite de oliva y sal hasta que quede dorada y reserva. Trocea los frutos secos con la ayuda de un mortero o de una batidora eléctrica (que no queden demasiado triturados).

    Pasados 15 minutos la coliflor ya estará lista, saca del fuego, ponla en una espumadera y separa los troncos y la patata para ponerlos en un vaso de batidora junto a la cebolla pochada.

    Bate los troncos de la coliflor y la patata con una pizca del agua de cocción, la cebolla pochada y una pizca de nuez moscada hasta que quede una crema espesa de textura tipo bechamel.

    Pon parte de la crema en la base de una bandeja para horno, después las florecillas de la coliflor, un poco de sal y aceite, pon por encima el resto de la crema y la picada de frutos secos.

    Gratina durante unos 5-10 minutos a temperatura alta hasta que empiece a dorarse.

    Retira del horno, sirve y disfruta!

    Tiempo de preparación 30-40 minutos

    Cualidades nutricionales

    Valor calórico bajo-moderado, con aportación principalmente de hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales como el calcio y el magnesio. Este plato es ligero, por lo que puede complementarse con otros como pescado o carne o tortilla.

    Ingredientes opcionales

    Para quien no tiene problemas de intolerancia a la lactosa ni alergias a la proteína de leche, la patata puede sustituirse por unos 100g de queso untable e incluso añadir este ingrediente además de la patata, así la crema quedará con ese toque lácteo.

    Recordad que podéis encontrar más recetas en mi cuenta de Instagram: @lauragananutricion 😉

    SOPA DE KALE Y GARBANZOS

    1024 683 Laura Isabel Arranz

    Ahora que el frío ya ha llegado y el invierno está a la vuelta de la esquina, es tiempo de disfrutar de buenas sopas. Esta de verduras en la que la col kale y los garbanzos destacan como ingredientes estrella, está riquísima y es apta para todos los tipos de dietas (omnívoros, flexitarianos, vegetarianos, veganos) y situaciones de intolerancias (sin gluten, sin lactosa). Incluso las personas con síndrome de colon irritable pueden tomarla pues el kale es el menos flatulento entre las coles (y el más rico nutricionalmente) y la cantidad de garbanzos es pequeña por ración (o se puede poner menos).

    Ingredientes para 4 personas:

    *300g de hojas de kale (suele ser un manojo)

    *200g de zanahoria

    *1/2 puerro

    *400g de garbanzos cocidos

    *1 diente de ajo

    *1 hoja de laurel

    *1 litro de caldo de verduras (previamente hecho en casa o comprado)

    *Aceite de oliva virgen extra y sal

    Ingredientes opcionales:

    *Cualquier otra verdura, puedes darle a la imaginación o poner las que más te gusten 😉

    *Se puede añadir huevo duro (así sería un plato único)

     

    Preparación (la elaboración es menos de media hora si ya tenemos el caldo de verduras hecho 😉:

    Lavamos y cortamos la zanahoria, el puerro y el kale en trozos pequeños y lo ponemos a hervir en el caldo de verduras, con el diente de ajo y la hoja de laurel, añadiendo primero la zanahoria y el puerro, y a los 5 minutos de cocción añadir el kale. Dejar que hierva junto durante unos 10 minutos.

    Pasados unos 10 minutos añadimos los garbanzos cocidos, lo tapamos y bajamos el fuego y dejamos que cueza unos 5 minutos.

    Apagamos el fuego, dejamos tapado unos minutos mientras preparamos la mesa y los platos.

    Servir y disfrutar! 😉

     

    ¿Qué nutrientes aporta?

    Hidratos de carbono, proteínas (de los garbanzos y del kale), fibra, vitaminas y minerales como el magnesio y el calcio y antioxidantes. Bajo en grasas, muy nutritivo y muy ligero!

    QUE APROVECHE!!!

    Recordad que podéis encontrar más recetas en mi cuenta de Instagram: @lauragananutricion 😉

    EMPANADILLAS DE ESPINACAS Y CALABAZA

    1024 683 Laura Isabel Arranz

    Hoy os comparto esta receta de empanadillas que ha tenido mucho éxito en casa y en redes sociales. Está RIQUÍSIMA, es MUY LIGERA y fácil de hacer. Es muy otoñal con las espinacas y la calabaza y además es apta o adaptable para todos los tipos de dietas (omnívoros, flexitarianos, vegetarianos, veganos) y situaciones de intolerancias (sobre todo adaptable a intolerancia a lactosa).

    Ingredientes para 4 personas:

    *300g de hojas de espinacas

    *300g de calabaza

    *1/2 puerro

    *200g de queso feta (puede ser de otro tipo, pero este se mezcla muy bien con el resto de ingredientes y da un toque cremoso)

    *1 paquete de 16 obleas grandes para empanadillas

    *Aceite de oliva virgen extra y sal

    Ingredientes opcionales:

    *Cualquier otra verdura, puedes darle a la imaginación o poner las que más te gusten 😉

    *Se puede cambiar el queso por huevo duro (así los intolerantes a la lactosa podrán comerlas)

    *También se puede añadir a la masa frutos secos o semillas

    Preparación (la elaboración es menos de media hora ;):

    Cortamos la calabaza a dados pequeños y la salteamos con pizca de aceite de oliva virgen extra y a fuego vivo en un wok con el puerro

    Pasados unos 4 minutos lo tapamos y bajamos el fuego y dejamos mientras preparamos las espinacas

    Lavar y trocear (si hace falta) las espinacas y añadir al wok para saltearlas con la calabaza y el puerro

    Una vez tenemos las verduras bien hechas, añadir pizca de sal, homogeneizar chafando con un tenedor los trozos de calabaza y mezclar bien.

    Pasamos las verduras a un bol y dejamos enfriar un poco, después añadimos el queso feta y seguimos mezclando para tener una masa que podamos manejar para rellenar las empanadillas.

    Disponer las obleas en un lugar llano y limpio y rellenarlas con una cantidad que permita cerrarlas por la mitad y sellar los bordes con las manos o con el tenedor.

    Disponerlas en una bandeja de horno y hornear a temperatura alrededor de 180ºC durante el tiempo necesario hasta que se doren (normalmente unos 10-15 minutos)

    Servimos en un plato unas 4 empanadillas con una base de hojas de espinacas frescas y a disfrutar! 😉

    ¿Qué nutrientes aporta?

    Hidratos de carbono (pocos), fibra, vitaminas y minerales como el magnesio y el calcio y antioxidantes. Bajo en grasas y muy ligero!

    QUE APROVECHE!!!

    Recordad que podéis encontrar más recetas en mi cuenta de Instagram: @lauragananutricion 😉

    SOLOMILLO AL CURRYCOCO CON KALE Y ALUBIAS

    1024 768 Laura Isabel Arranz

    Os presento esta receta que ESTÁ PARA CHUPARSE LOS DEDOS y nace de un momento de esos en que tienes cuatro cosas en la nevera y de repente se te ocurre algo que no está nada mal… Se puede hacer con solomillo, con trocitos de pavo o con pollo y la salsa es muy ligera, con lo que podemos disfrutar de ella sin miedo a las calorías de más. Además, se acompaña de ingredientes muy sanos como el kale y las alubias.

    Ingredientes para 4 personas:

    *500g de solomillo o de pavo o de pollo

    *200-300g de kale

    *200g de alubias cocidas

    *200ml de bebida de coco (sin azúcares añadidos)

    *Curry en polvo

    *Aceite de oliva virgen extra y sal

    Ingredientes opcionales:

    *2 Ajos tiernos (para salteado adicional)

    *Tofu a dados (que podemos utilizar en lugar de la carne, así la receta será vegana)

    Preparación (menos de media hora!!!):

    Lavamos el kale, lo troceamos, lo hervimos 5 minutosy reservar

    Trocear el solomillo en trozos gruesos (en el caso del pavo o el pollo en dados de unos 2 o 3 cm)

    Calentar una sartén tipo wok, añadir unos 10ml de aceite de oliva virgen extra

    Dorar la carne y una vez dorada, añadir la sal, la bebida de coco, el curry (cantidad al gusto pero sed generosos) y tapar para que haga chup chup 5-10 minutos

    Servir con salsa y acompañar con el kale y las alubias que podemos comprarlas ya cocidas o haberlas cocido en casa previo remojo de unas horas.

    ¿Qué nutrientes aporta?

    Proteínas de origen animal, proteínas de origen vegetal (de las alubias y del kale), fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes

    QUE APROVECHE!!!

    Recordad que podéis encontrar más recetas en mi cuenta de Instagram: @lauragananutricion 😉

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