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    KILOS DE MÁS Y COVID-19

    150 150 Laura Isabel Arranz

    ¿Quién iba a decir que el exceso de peso iba a tener que ver con la pandemia de Covid-19?

    Los que nos dedicamos a la salud y a la nutrición ya llevamos mucho tiempo diciendo que el exceso de peso no es bueno y que engordar tiene muchas consecuencias más allá de lo estético. Y no imaginábamos que una infección vírica nos iba a ayudar a reforzar ese mensaje. Tampoco imaginábamos que esa infección llegara a pandemia. Ahora “gracias” al Covid-19 se ha puesto en valor la importancia de la nutrición y de evitar el sobrepeso y la obesidad. Datos como los que siguen reafirman este hecho:

    *Las personas con obesidad tienen 5 veces más riesgo de morir que las personas con un peso adecuado.

    *Más del 80% de las personas que mueren por Covid-19 tienen un IMC mayor a 25 (desde un ligero sobrepeso a obesidad).

    *El riesgo de necesitar ventilación mecánica (respiración asistida) es 7 veces mayor en obesos

    Y, ¿por qué sucede esto?

    *Las personas obesas tienen lo que se conoce como inflamación de bajo grado que, cuando hay una infección como el coronavirus, causa una inflamación mucho mayor que en personas con peso normal

    *Las personas obesas tienen menos en forma su sistema cardiorrespiratorio, ya de por sí les cuesta más respirar y por tanto tienen menor capacidad de oxigenación cuando se produce una infección respiratoria

    *Las personas con exceso de grasa corporal tienen más cantidad de una molécula llamada ECA2 (encima convertidora de la angiotensina-2) que es precisamente la que utiliza el virus para anclarse a nuestras células y reproducirse. Además algunos de los fármacos para tratar la diabetes aumentan los niveles de la ECA2 en los pulmones. Decir que esa molécula también está en el intestino y por eso algunas personas tienen síntomas gastrointestinales durante la infección de Covid-19

    *En los países con más sobrepeso y obesidad hay más mortalidad por Covid-19 y en ningún país con baja tasa de obesidad hay niveles altos de mortalidad

    *Las tasas de mortalidad son 10 veces mayores en países en los que por lo menos un 50% de la población tiene exceso de peso (esto pasa en países como Reino Unido, Estados Unidos, Italia y España)

    *El sobrepeso es el segundo factor, después de la edad, asociado a mortalidad por coronavirus!!!

    ¿Pero hay algo más allá del aumento de complicaciones y mortalidad relacionado con la obesidad? ¿Hay otros factores asociados a la obesidad como la baja ingesta de vitaminas, minerales, antioxidantes, etc, que también aumenten el riesgo de complicaciones por Covid-19?

    Las personas obesas no suelen tener una alimentación adecuada, en general, toman muchos azúcares, grasas saturadas, muchas calorías pero pocos nutrientes que son imprescindibles para nuestro sistema inmunitario, entre otras cosas. Si nos hacemos la pregunta, ¿enferma igual una persona bien nutrida que una mal nutrida? La respuesta parece obvia, una persona mal nutrida tendrá peor pronóstico, de hecho en los pacientes graves hospitalizados por Covid-19 la pauta de nutrición enteral o parenteral es muy importante. Pero, ¿qué es estar mal nutrido? Seguro que pensamos en personas con muy bajo peso, sin embargo, éstas no parecen tener peor pronóstico. Y es que seguramente la peor combinación es un cuerpo con exceso de grasa corporal y, por tanto, un gran potencial inflamatorio sumado a una inmunidad debilitada por la falta de nutrientes. Aunque sobre esto todavía no hay datos sólidos, no lo perdamos de vista, comer bien nos garantiza una salud y un sistema inmunitario fuerte (también en este sentido es importantísimo dormir bien y evitar el estrés de cualquier tipo).

    Pero, por otro lado, la pandemia nos ha “regalado” precisamente eso que nos hace vulnerables, el aumento de peso. Esta situación y, en especial el confinamiento, ha generado mucha ansiedad, aburrimiento, desgana y sedentarismo que, en muchos casos, ha derivado en una mayor ingesta calórica que ha hecho engordar a muchísimas personas. Los gimnasios y otras actividades físico-deportivas cerraron, no se podía apenas salir y la comida se convirtió en una gran distracción y consuelo para muchos. Aunque algunos, los menos, perdieron el apetito, en general, el estado nutricional de la población, tanto de adultos como jóvenes, ha empeorado y eso es un problema de salud pública. En muchísimas personas ha aumentado el peso y la grasa corporal y ha disminuido la masa muscular. Y quien ha cogido unos kilos de más manifiesta gran dificultad para quitárselos de encima. Sobrepeso persistente en tiempos de coronavirus.

    Algunos datos son contundentes. Según un estudio en la población española (realizado por la SEEDO) un 59% de la población joven de 18 a 30 años ha aumentado de peso y este porcentaje es del 72% entre los jóvenes que ya tenían sobrepeso u obesidad. Por tanto, un problema que crece y para el que se buscan soluciones en internet mucho más que en la consulta de un nutricionista. Aún así, ha aumentado mucho la conciencia de que la alimentación es importante y que mantener un peso saludable también lo es. La pandemia por Covid-19 ha traído muchos cambios, algunos de ellos positivos como el hecho de que en general la población está dispuesta a comer mejor.

    Pero, ¿por qué la comida ha servido y sirve de consuelo cuando lo pasamos mal? La clave está en que comer genera placer y sensación de recompensa y eso nos viene muy bien cuando estamos en situaciones que nos estresan de alguna manera. Que disfrutemos comiendo es un instinto de supervivencia, por que si no en tiempos pasados ante la escasez de alimentos no habríamos sobrevivido. Sin embargo, a día de hoy, esto no nos sirve mucho ya que tenemos una elevada disponibilidad de alimentos y especialmente de alimentos calóricos. Por eso el placer de comer no nos ayuda a sobrevivir y sí nos puede hacer caer en un consumo excesivo de calorías que nos lleve a engordar y por tanto a enfermar más fácilmente o a enfermar peor. Entonces, ¿qué hacemos? Puede que sea algo innecesario para sobrevivir, pero está ahí, nos gusta comer y eso no debería ser un problema. Lo que debemos hacer es “redirigir” ese placer hacia alimentos y platos saludables, por que si disfrutar de lo que comemos es un instinto básico, es muy difícil o casi imposible luchar contra él. Tenemos que ponerlo de nuestra parte. Instintivamente nos gusta lo más graso, dulce y calórico y el problema es que nadie nos enseña que eso se puede cambiar, se puede educar para que podamos disfrutar igual con lo saludable, ligero y nutritivo. En realidad los circuitos del placer en el cerebro son modificables. Podemos gozar comiendo una grasienta hamburguesa o una pieza de bollería, sin embargo, se puede llegar a tener la misma sensación comiendo un arroz con verduras o una brocheta de fruta bañada en crema de almendras. Es una cuestión de reeducación y de tiempo. A mi ya no me atrae para nada lo primero y sí lo segundo, y no es por que tenga mucha voluntad, es por que mis circuitos del placer están reconectados y se activan con la comida saludable.

    Lógicamente a todo esto hay que ponerle amor y cariño, preparando los platos de forma apetecible pues así estimulamos nuestros sentidos y aseguramos que el cambio sea sólido y duradero. Por que el instinto del placer de comer no desaparece y si un día no he disfrutado de lo que he comido, mi cerebro activará de forma muy intensa la búsqueda de esas sensaciones placenteras con la comida. ¿Te ha pasado alguna vez que después de haber comido o haber cenado tu “cuerpo” te pide algo de capricho? Pues es eso, necesitamos disfrutar, de todo en general, y también de la comida.

     

    Por eso este problema de exceso de peso después del confinamiento solo puede ser abordado eficazmente desde una perspectiva de cambio de hábitos procurando asegurar ese placer de comer. Lógicamente también con ejercicio físico y un buen cuidado de la salud en general.

    Creo que es un buen momento para cambiar, para hacer las cosas distintas y obtener un resultado diferente. Olvidando las dietas y subiéndose al carro de una alimentación saludable y deliciosa para siempre.

     

    Dra. Laura Isabel Arranz

    Farmacéutica y dietista-nutricionista

    www.dietalogica.com

    AHORA QUE ESTAMOS EN CASA, ALIMENTACIÓN Y CONFINAMIENTO POR CORONAVIRUS

    150 150 Laura Isabel Arranz

    Estos días en los que estamos y estaremos en casa debido al confinamiento necesario para parar la pandemia del coronavirus hay una serie de recomendaciones en cuanto a la alimentación que adquieren especial importancia. No tomar más calorías de las necesarias, tomar todos los nutrientes que necesitamos (vitaminas, minerales, antioxidantes, hidratos de carbono, proteínas, grasas saludables, etc), tener una buena ingesta de fibra, etc, son aspectos básicos que debemos asegurar. Así, ¿qué debo procurar estos días para mantener un buen estado de salud? Aquí os comparto recomendaciones y también ideas para seguir disfrutando de nuestras comidas.

    Este es mi decálogo de recomendaciones para esta situación:

    1. Mantengamos unos horarios constantes de comidas: es sumamente importante para el buen funcionamiento de toda nuestra maquinaria seguir con unas rutinas más o menos iguales durante estos días. Esta recomendación es aplicable a las comidas, pero también a la actividad física, la exposición a la luz solar y al sueño. ¿Por qué todo esto importa?
      1. Horarios de las comidas: si cada día desayunamos, comemos y cenamos a las mismas horas aproximadamente nuestras funciones internas como el metabolismo, el tránsito intestinal, la regulación del apetito y del peso corporal, etc, funcionarán mucho mejor. Así, tendremos menos hambre entre horas, iremos al baño de manera más regular y sin problemas, mantendremos mejor nuestros niveles de glucosa y otros parámetros y también nuestro peso.
      2. Actividad física: cada día deberíamos seguir alguna rutina de ejercicio físico, en redes sociales hay muchos buenos profesionales que nos comparten ideas sobre cómo entrenar en casa de forma sencilla, por ejemplo, en la cuenta de twitter e Instagram de Onelife (onelife.es), aunque hay muchas otras. La actividad es mejor por la mañana así activamos nuestro organismo en el inicio del día y si es posible mejor después de que haya pasado un buen rato del desayuno o un ratito antes de comer.
      3. Exposición a la luz solar: ¡es muy importante sacar la cabeza por la ventana! Quien tenga terraza o incluso jardín lo tiene más fácil, pero si no, una ventana es suficiente. Lo ideal es que nos de la luz del sol durante un rato cada día por dos motivos, el primero porque esto ayuda a que nuestro cuerpo fabrique serotonina que es la hormona de la vitalidad y el buen humor entre otras cosas y nos ayudará a sentirnos mejor y a dormir mejor por la noche. Y segundo porque esa luz solar en nuestra piel ayudará a fabricar vitamina D que, además de ser importante para nuestros huesos, también lo es para nuestro sistema inmunitario y nuestro estado de ánimo. El sol es energía vital.
      4. Sueño: como muy bien nos dicen los expertos como el Dr. Albares (https://www.doctoralbares.es/) si mantenemos buenos hábitos de sueño y eso supone mantener ciertos horarios a la hora de ir a dormir y despertarnos, nuestra salud mejora y nuestro sistema inmunitario también se refuerza. Recordad que también es importante la exposición a la luz solar durante las primeras horas del día  y hacer actividades más relajadas por la tarde-noche evitando en lo posible el uso de pantallas. Y si dormimos bien además de fortalecer nuestro sistema inmunitario, también funcionará mejor nuestro metabolismo, las señales de saciedad y regulación del peso corporal, entre otras muchas cosas. ¡El sueño es salud y una necesidad básica!

    Está claro que, si las comidas son a cualquier hora, no hago nada de actividad física, no salgo a que me de la luz del día, duermo de cualquier manera y sin horarios… la maquinaria se va a descompensar y a debilitar, eso no es lo que queremos ahora (ni nunca, por supuesto, pero ahora menos).

    1. Ajustemos el número de comidas al día: ¿cuántas veces comer al día? 3, 4, 5… Depende de las rutinas que hayamos adquirido estos días. Por ejemplo, si nos levantamos algo más tarde y desayunamos a las 10h en lugar de a las 7 o las 8h, seguramente no nos haga falta la media mañana y podamos llegar directamente a la comida que idealmente debería ser entre las 13 y las 14h como tarde. Después sí conviene tomar una merienda sobre las 17-18h para llegar más saciados a la cena que debería ser hacia las 20-21h. El hecho de hacer varias comidas al día nos ayuda a dos cosas principalmente, la primera a no acumular tanto apetito y la segunda a conseguir tomar todos los nutrientes que necesitamos.
    1. Evitemos picar entre horas de forma descontrolada: esto es lo que está claro que debemos evitar, ¿por qué? Lo primero porque lo que solemos picar entre horas de forma descontrolada no suelen ser alimentos de perfil muy saludable de manera que estamos aumentando la ingesta de calorías que tomamos y disminuyendo la de nutrientes buenos que no nos deberían faltar. Aunque la situación pueda invitar a ello pues nos aburrimos, hacemos sesiones de “cine” en casa viendo la tele, etc, debemos evitar picar chucherías, dulces o snacks. En su lugar debemos pautar las comidas entre horas como la media mañana y la merienda e incorporar, si no lo hacemos ya, los frutos secos (crudos o tostados, pero sin sal), la fruta o los yogures. Y podemos hacerlo de forma atractiva pues, para algunos, puede resultar difícil cambiar una bolsa de patatas por una manzana, pero, por ejemplo, nos podemos preparar un bol con trocitos de fruta, añadiendo una cucharada de semillas de sésamo y una de miel para darle un toque dulce. ¡Eso puede ser una merienda estupenda!

    El libre albedrío nos puede perjudicar mucho ☹ y lo que queremos es ¡sentirnos más que bien!

    1. Disminuyamos un poco las cantidades de lo que comemos: ahora inevitablemente todos hemos bajado nuestro nivel de actividad física sea cual fuera, así que nos vendrá muy bien reducir un poco nuestras raciones, ponernos ni que sea un 10-20% menos de la ración que habitualmente tomamos nos ayudará a no tomar más calorías de las necesarias. Quizás no hace falta disminuir en todo, pero sí por ejemplo en esos extras que a veces tenemos costumbre de tomar (un café y un dulce después de comer, algo de chocolate, etc). ¿Qué estoy haciendo yo? He disminuido un 20% la ración de mi tostada en el desayuno, del pan que tomo al mediodía y también del chocolate negro de tomo a veces (ahora no lo tomo a diario y cuando lo tomo cojo un trozo más pequeño). Este consejo no aplica, lógicamente, a las personas que necesitan aumentar de peso o que tienen patologías que generan un elevado desgaste muscular y corporal. En los niños tampoco mientras les procuremos una alimentación saludable, pero en ellos sí debemos reducir el consumo de dulces, golosinas, snacks, bebidas azucaradas, etc.

     

    1. Procuremos hidratos de carbono al mediodía y más proteínas por la noche: aunque en todas las comidas principales (desayuno, comida y cena) es bueno que haya un poco de todo, lo ideal es que los hidratos de carbono (cereales, pan, pasta, patatas…) se concentren en la mañana y el mediodía y las proteínas sean las protagonistas de nuestras cenas. De manera que si queremos tomar un plato de pasta, arroz, legumbre, empanada, pizza, quiche, etc, es mejor que lo dejemos para la comida del mediodía. Por la noche, verduras y ensaladas con tortillas, pescado o carne blanca es lo ideal. Y si tomas una pizza una noche que sea una ración moderada y acompañada con una ensalada 😉

    1. ¡A cocinar! Ahora tenemos más tiempo para que grandes y pequeños estemos más implicados en la preparación de nuestras comidas. Esto tiene varios beneficios, lo primero es que nos mantendrá distraídos durante más ratos del día, pero también hará que nuestras comidas sean más apetecibles y nos produzcan más placer. No olvidéis que el placer de comer es un instinto básico y por eso conservarlo, pero con buenos hábitos y buenas comidas es muy necesario para nuestro nivel de satisfacción. Si hemos disfrutado con la comida que nos hemos preparado no estaremos ansiosos después de comer buscando dulces o alimentos nada sanos, cosa que nos pasa a todos (o a casi todos) si hemos comido sin sentir placer. Las redes sociales están repletas de ideas, así que ¡a por ello! Y no os olvidéis de incluir a los niños en estos procesos de elaboración de las comidas, si ellos participan también les ayudamos a distraerse y a comer con más ganas. Para ellos podemos preparar desayunos y meriendas apetecibles y saludables como crepes, pancakes, bizcochos caseros con poco azúcar (os recomiendo añadir una parte de harina de algarroba), brochetas de frutas bañadas en miel o crema de almendras, yogur con fresas y semillas de chía…

     

    1. Evitemos un exceso de alimentos procesados: Siempre es importante pero ahora más que nunca es vital procurar basar la alimentación en productos frescos y de temporada, de manera que no nos pueden faltar las verduras y las frutas, además de otros alimentos. Verdura y fruta hay que tomar cada día, idealmente 5 raciones (verdura al mediodía y en la cena y 3 frutas durante el día). Así que la provisión semanal para una familia de 4 personas tiene que estar en alrededor de ¡30kg! Esto no puede faltar para mantener un buen nivel de ingesta de nutrientes que nos van a mantener sanos y fuertes, las vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes están en gran parte ahí.

    1. Lista de la compra: Además de los 30kg de fruta y verdura (¡yo lo pido online!), nos va a venir muy bien que no nos falten alimentos como:
    • Legumbres, arroz (largo, bomba e integral), pasta (normal, fresca e integral), cereales (copos de avena y otros cereales para desayunos sin azúcares añadidos), crackers integrales
    • Frutos secos como almendras, nueces, pistachos, avellanas, anacardos, siempre sin sal añadida
    • Lácteos: principalmente el yogur, pero también alguna cuajada por ejemplo como postre lácteo ligero y saludable, y leche semidesnatada si la tomáis.
    • Bebidas vegetales: avellanas, coco, avena, almendras… sin azúcares añadidos. Son ideales para el desayuno, pero también para beber algo saludable en la merienda.
    • Huevos, pescado (si estos días os va mejor puede ser congelado), carne blanca (pollo, pavo, cerdo magro, conejo). La carne y el pescado se puede comprar fresco y después congelar raciones. Evitad carne roja y derivados como las hamburguesas o las salchichas o tomadlas muy ocasionalmente. ¿Os explico un truco? En casa hacemos muy muy de vez en cuando hamburguesas caseras con carne mixta, copos de avena finos en lugar de pan rallado y un picadito de ajo y perejil. Los copos de avena aportan fibra a la hamburguesa y hace que se absorba menos la grasa y el colesterol.
    • Conservas: de verduras como alcachofas, judías, borraja, tomate triturado, etc, de legumbres y de pescado, especialmente bonito, caballa y sardinillas que pueden ser de gran ayuda para ayudarnos a tomar pescado azul estos días.

     

    1. Hidratación con agua principalmente: agua, agua y más agua… hay que beber, estar bien hidratados nos permite una mejor funcionalidad de nuestra maquinaria y a mantenerla “limpia” por dentro. Evitemos un exceso de refrescos, cerveza y otras bebidas que ahora no harán más que incorporar calorías innecesarias o sustituir al algo tan valioso para nuestro cuerpo como el agua. ¿Ideas? Agua, agua con gas, agua aromatizada con lima o limón, con jengibre, anís estrellado, etc.

     

    1. Comamos de manera consciente: Cuando vayamos a comer, preparemos nuestra mesa, bebamos agua antes de empezar, sirvámonos nuestra ración, oler, observar y disfrutar la comida sin prisas y sin demasiadas distracciones, pero sí en compañía si podemos. Las comidas principales deben durar por lo menos 30 minutos de lo contrario al cuerpo ni le da tiempo de “darse cuenta” de que hemos comido con lo que no generará señales de saciedad y al poco rato tendremos hambre. Además, si comemos rápido no masticaremos bien y eso es una sobrecarga para nuestro sistema digestivo. ¡Mindfulness o atención plena en el comer!

    Sin duda esta situación difícil que nos ha tocado vivir nos enseñará muchas cosas buenas y quizás esto es también una oportunidad para adquirir buenos hábitos de alimentación y de salud.

    Cuidaos mucho y aquí me tenéis para lo que necesitéis y os pueda ayudar 😊

    Laura

    Instagram: @lauragananutricion

    Twitter: @LauraIArranz

    Facebook: Laura Isabel Arranzi

    Videoconsultas: https://arranziglesias.opensalud.es/es

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